IAR-Kristijan Muravjovas

PA3. Miradas

La biblioteca pública de Boston se empezó a construir en 1888 y se terminó en 1895. Se sabe que Charles Follen McKim de McKim, Meade and White fue nombrado arquitecto principal en 1887 para este proyecto. La fecha en la que Rafael Guastavino se involucró en el proyecto sigue siendo incierta, aunque los documentos de la biblioteca sugieren que su participación fue tardía, cuando ya estaban los planos dibujados y la construcción en curso.

A través de una carta, se sabe que Guastavino fue asombrado por esos planos, aunque se lamentó de la utilización de vigas en el primer piso, sugiriendo que su sistema de bóvedas hubiera sido una mejor opción. Esta queja llevó a que el Presidente de Trustees aprobara la implantación del sistema inventado por Guastavino en el edificio a cambio de esas vigas de hierro que iban a cambiar por la bóvedas.

En el proceso de construcción de las bóvedas hubo varios problemas. El primero y principal era la falta de ladrillos debido a que los que enviaban eran de mala calidad y no se podía usar. Aunque el edificio ya contara con tres cuartos del techo completados, eso hizo que todo el proyecto se retrasara, poniendo en riesgo la reputación de McKim y el contrato que tenía, al igual que al edificio entero. Como no se querían arriesgar más, se aprobó la compra de más ladrillos a Guastavino, elevando así el presupuesto.

No se tiene constancia de que Guastavino pudiera utilizar "ladrillos españoles", ya que según el contrato, esto no se permitía. En cuánto al precio, se sabe que se le pidió proporcionar 5200 ladrillos a por un precio total de 239,90 dolares.

Análisis

La primera cosa que me sorprendió fue el cambio repentino que sufrió el edificio con la llegada de Guastavino. Mirando al edificio por dentro, no me imagino como debería de ser si no tuviera esas bóvedas que dan un aspecto majestuoso en el interior. Con solo vigas hubiera sido un edificio con un ambiente totalmente diferente y sin esa magia que se puede apreciar hasta en fotos.

La segunda cosa que me interesó fue el ambiente del edificio. Desde mi punto de vista, se ve como la intención de la obra era crear un ambiente aristocrático, siendo las paredes pintadas de color oro y espacios muy amplios y detallados. Es como si a través de la arquitectura se no diera el mensaje que el conocimiento es un privilegio que no todo el mundo puede conseguir.

La tercera cosa que me sorprendió fue los primeros pasos de la globalización. El uso del sistema de Guastavino traído desde España pudo mejorar la obra tanto en niveles de seguridad como de estética. Si no fuera por ese conocimiento de otras culturas lejanas, puede que el edificio ni si quiera estuviese en pie hoy en día.